Las mujeres feministas desde nuestras distintas identidades, edades, razas y etnias, reunidas en Montevideo con motivo de la 13 Conferencia Regional sobre la Mujer de la CEPAL, queremos expresar nuestra solidaridad con las mujeres, niñas y adolescentes colombianas así como con toda una nación que lucha por alcanzar la paz tras más de 50 años de conflicto armado. Después de observar con asombro el triunfo del NO en el plebiscito del 2 de Octubre, y conocedoras del estrecho margen que estos votantes obtuvieron frente a quienes votaron por el SI, queremos elevar nuestra voz de respaldo a quienes están comprometidos/as con el logro de un acuerdo que les permita finalmente transitar a la construcción de la paz y a la consolidación de la democracia.
Pocas situaciones más devastadoras que la guerra para cualquier proyecto democrático: el enorme gasto público militar en detrimento de las políticas sociales, la violencia, el miedo, la profundización de las desigualdades, los crímenes de lesa humanidad, los delitos atroces, las vidas sacrificadas, los sueños truncos. En este momento son dos los imperativos: que se firme, ahora, un nuevo acuerdo, y que no se desaproveche la oportunidad política para que el acuerdo logrado contenga los más elevados estándares posibles de verdad y justicia.
Sabemos que quienes lideraron el NO al acuerdo de paz y en especial algunos de sus líderes incluyendo las iglesias y especialmente los pastores evangélicos, tienen otros intereses y que su voto ha puesto en riesgo el anhelo de una paz estable y duradera. Desde estos grupos conservadores y antiderechos se ha iniciado una cruzada contra toda forma de igualdad para las mujeres, contra el respeto a toda diferencia, contra la no discriminación y contra la diversidad. Rechazamos la eliminación de los avances propuestos en el Acuerdo de la Habana en materia de igualdad de género y respeto a la diversidad.
La paz es un requisito imprescindible para el pleno ejercicio de la ciudadanía, así como la igualdad de género es imprescindible para lograr esta última. Las mujeres son más de la mitad de la población y no es posible que en pleno Siglo XXI sus conquistas y la posibilidad de impulsar medidas que en todos los puntos del acuerdo se dirijan a construir la igualdad para ellas, se vuelva moneda de cambio. La sociedad en paz que imaginan las feministas, supone la convivencia de todas las identidades que habitan en una sociedad. Supone la formulación e implementación de políticas públicas que se acuerden en un marco de la laicidad como requisito fundamental, y supone que las mujeres sean beneficiarias plenas de las medidas de igualdad de género pactadas en el acuerdo, y sobretodo que sean protagonistas plenas en todas las etapas de construcción de la paz.
Acompañamos a las colombianas en su demanda al Estado en primer lugar, y a todas las partes involucradas en la revisión del acuerdo de paz, para que se respeten plenamente los derechos humanos de todas las mujeres y todos los derechos de todas las personas en su diversidad.
Desde América Latina y el Caribe estaremos atentas para impedir que se utilice el desacuerdo frente a lo negociado en la Habana, para conminar a las mujeres y a la población LGBTI al lugar de la subordinación, la marginalidad y la exclusión.
Organizaciones participantes del Foro Feminista Magaly Pineda
XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe